8 de abril de 2010

Viracocha marcha sobre-en el mundo: Tocapo y Tunupa.

Debido a que el relator de la sesión de hoy no llegó a causa de enfermedad, nuestro compañero Alexánder Idrobo tomó el liderazgo e hizo varias y buenas aclaraciones al texto que nos ocupa. Por ejemplo, nos explicó que la dualidad indígena no se identifica con el dualismo platónico e inclusive cristiano (que conlleva pensar la separación de dos elementos estructurales: mundo-idea, cuerpo-alma, etcétera); la dualidad, por el contrario, mienta la unidad de dos elementos aparentemente contrarios, como en nuestro caso, los dos hermanos gemelos que no hacen más que una única marcha-de-dios-sobre-el-mundo, del dios Viracocha que busca el equilibrio del cosmos.

Dicho equilibrio conlleva que coexistan el mundo ordenado y el caos: Tunupa y Tocapo son ambos hijos de Viracocha y no podrían no estar siendo en el mundo equilibrándolo. El indio no se preocupa por el caos que siempre va reapareciendo en el mundo, pues para ello están las divinidades ordenadoras que volverán a ordenarlo todo si le sabemos presentar nuestros ritos...

El ser humano occidental se ha vuelto demasiado positivista y para su comprobación exige pruebas científicas, pero -como dice Kusch en su libro La negación en el pensamiento popular- al campesino (como al indio) no le interesa ser científico, no le interesa demostrarle nada a nadie, él tiene la solución acorde con sus creencias, integradas a la práctica cotidiana de estar-siendo-desde-la-tierra, la Pachamama.

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