
La dificultad aparece en el temor, pues el miedo siempre presente de pasar de la seguridad a la inclemencia se mantiene en la cotidianidad del indio; se tienen las dos posibilidades: cosecha o granizo destructor, abundancia o escasez. Pero la visión de estas dos realidades -de los opuestos- es conjugable al entender que todo puede ser, al mismo tiempo, macho y hembra, benefactor y enemigo... Dios mismo es dualidad y por eso se puede pasar tan rápido del bienestar a la pesadilla.
El caminar de Viracocha siendo el mundo (Tunupa) se relaciona también con el signo de la cruz cósmica (las estrellas en el firmamento) que no tienen que ver con la comprensión cristiana de la cruz, de la que se encuentran evidencias arqueológicas precolombinas.
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