14 de abril de 2012

Novena reunión de 2012

Carlos Moreno continúa liderando la exposición de los segundos cuatro apartados del libro Investigaciones semiológicas sobre le lengua Mhuysca de Mariana Escribano. Explica que ya se han resaltado las características de la lengua báculo y la importancia del concepto de Tchyminigagua dentro de la lengua Mhuysca, porque dentro de esta la palabra “guá” contiene el significado de ser, que nos lleva a mirarlo ontológicamente; además Tchyminigagua, dice Mariana, es el que siempre ha sido, es y será, y que es capaz de conjurar el universo haciéndolo a la vez dinámico y no estático, porque hay un continuo movimiento que se vuelve conjunto; Tchyminigagua busca la unidad de todo pero a la vez es múltiple en tanto el universo es múltiple. Por otra parte, también se observó lo que corresponde al movimiento espiral y su fuerza creciente y decreciente, siendo así una fuerza dual. A partir de esto surge una intervención en donde tratando de apalabrar lo que puede ser Tchyminigagua en nuestros términos, él sería el principio fundamental de todo lo que hay, de la realidad que es dinámica; la espiral cósmica entonces tiene vida y se le llama Tchyminigagua. Otro compañero, interpreta algo similar, viendo esa espiral como una fuerza centrífuga que complementa la explicación de esa fuerza dinámica que emerge de ella misma. Tchyminigagua en tanto es todo lo que es además se presenta como principio, porque en tanto lo abarca todo también tiene que ser principio; igualmente eso que llamamos universo en Occidente, para los Mhuyscas, según Mariana Escribano es Tchyminigagua, y todo lo que hay en él es Tchyminigagua: Dios es Tchyminigagua, la energía es Tchyminigagua, todo es Tchyminigagua, u ontológicamente Tchyminigagua es [el] ser, pero no en cuanto abstracción racional, es la vida de lo que es comprendida por una tradición mítica, y la espiral sería el esqueleto de Tchyminigagua que aglutina todos estos sentidos, que aglutina el universo físico, y por ello es sagrado, porque todo se puede nombrar con la palabra Tchyminigagua, todo lo que es Tchyminigagua, es decir, el ser es Tchyminigagua. Todo esto es lo que deviene del análisis de la lengua Mhuysca, además este análisis se hace teniendo en cuenta que no es una lengua como todas, porque es aglutinante de la realidad total y no solamente de sentidos lingüísticos, por ello Tchyminigagua no es una mera palabra, y la misma Mariana lo comprueba diciendo que es el conteniendo un contenido.


Ahora, en la lectura también se habla de un código-sagrado, que Juan lo declara como Tchyminigagua según su interpretación de la lectura, pero que otros integrantes lo declaran como aparte, por ello, queda abierta la pregunta para Mariana ¿qué es el código-sagrado? También se presenta en el texto a Tchyminigagua como la fórmula que nos hace tener en cuenta que la lengua Mhuysca es matemática pero guardando el sentido de sagrado, y no como algo métricamente puro, de ahí, por ejemplo, la división que hace de Tchy-mi-ni-ga-gua, y de ahí también la lengua latina no sirva para expresar todo lo que contiene la lengua Mhuysca, porque en ella está lo lingüístico y lo cósmico, que puede representarse con la ecuación Y=I/E, y gracias a esa inseguridad es otra pregunta que queda abierta para Mariana: el significado de esta fórmula sémica.


También surge otra pregunta, ¿cuál sería la actitud de vida, o apertura nuestra  para dirigirnos hacia esa cultura, hacia el estudio de su lengua, siendo conscientes de que parece imposible, a pesar de las analogías, a pesar de los esfuerzos, llegar a su comprensión fundamental?  Uno de los compañeros responde que a pesar de que utilicemos formas occidentales de actuar no nos encontramos en un espacio geográfico occidental, y tampoco es gratuito abarcar lo Mhuysca porque justamente estamos sobre territorio Mhuysca: Chiquinquirá, por ejemplo, o Chía, y no llevan en su mismo nombre un contenido español u occidental, por ello, a pesar de que utilicemos esa forma de comportamiento, no significa que no sintamos de otra manera para poder apalabrar lo Mhuysca, en ese sentido no caeríamos con los lentes meramente occidentales.

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